Buscar el conocimiento

Un día descubrí que sólo se puede alcanzar el conocimiento con la ayuda de los que lo poseen: que se debe aprender de los que saben. Entre estos últimos se cuenta nuestro invitado del blog de hoy: Josep Arqués,  presidente del Grupo MUTUAM, una organización fundada en 1905, que se dedica a la prestación de servicios sanitarios y sociales, con una plantilla de 1.022 empleados y una facturación que supera los 47 millones de euros.

En la aportación que hoy nos hace Arqués, podemos  percibir la importancia que otorga al saber escoger a las personas que formarán  aquellos equipos que más tarde tendremos que liderar, así como a la importancia de los valores humanos en la gestión empresarial.

Total, cómo sumar para poder multiplicar…

Sumar multiplica?

Una persona innovadora y con coraje como Steve Jobs quiso tener una conversación amistosa con otro gurú reconocido, Larry Page, cofundador de Google. La conversación se produjo cuando la enfermedad, que acabó de manera tan prematura con la vida de Jobs, ya estaba muy avanzada. El motivo era intercambiar ideas sobre cuales eran los secretos para conseguir grandes productos y empresas perdurables. Cuentan que el resultado de la conversación fue la coincidencia en dos fórmulas básicas: saber escoger las personas para formar equipo y concentrar los esfuerzos en los productos que tengan mejor aceptación por parte del mercado.

No parece ningún gran descubrimiento, pero vale la pena tener muy en cuenta las dos conclusiones. Las siguientes líneas se focalizan en la primera de ellas.

Ya sabemos que la cooperación social se considera la clave por la que el género humano ha podido sobrevivir y progresar. El mundo de la empresa es un microcosmos donde se reflejan las cualidades y defectos del género humano. Conseguir aunar conocimientos y habilidades de diversas personas sabemos que  no da como resultado una simple suma. Los análisis científicos han confirmado que el resultado puede ser de una potencialidad altamente incrementada. O sea que un equipo bien ensamblado multiplica exponencialmente la presumible simple suma aritmética de los talentos de sus componentes.

Para conseguir este efecto es necesario saber escoger personas y saber mantener equipos: una de las tareas fundamentales del liderazgo. Una empresa es un conjunto de equipos con una cultura o una personalidad común, personalidad que ha sido construida a lo largo de la historia de la empresa, pero que está continuamente modulada y orientada por un/a líder  y por toda la gente que forma parte de la organización. Un aspecto substancial de una buena cultura de empresa es que las personas que forman parte de  los equipos, se sientan valoradas y motivadas. Porque esto aporta creatividad y da lugar a los mejores resultados económicos, pero, sobre todo, porque ofrece  mejores resultados de satisfacción y realización personal, que nunca deben ser menoscabados como objetivos esenciales.

Alguna escuela de negocios difunde que uno de los dilemas de una organización empresarial es si se orienta hacia un sistema más enfocado a la gestión productiva o bien hacia un sistema más fundamentado en valores. Vaya dilema más erróneo! Un sistema de gestión debe estar forzosamente fundamentado en valores humanos sólidos para merecer el calificativo de bueno. Y, de la misma forma, un sistema basado en valores que no incorpore entre los prevalentes el de la gestión productiva ¿cómo podrá aplicar criterios de coste-beneficio y de coste-oportunidad, imprescindibles para no malbaratar los recursos siempre escasos?

Sin fórmulas mágicas, la creación de equipos sólidos -capaces de multiplicar la suma de los talentos de sus integrantes- sigue siendo una de las tareas más dificiles y más necesarias para la supervivencia y el progreso de la empresa.

Josep Arqués

Presidente del Grupo Mutuam