Mamá, quiero ser auditora…

El post de hoy no se basa en un dialogo real (o tal vez sí)

  • P: Mamá, quiero ser auditora. ¿Qué he de hacer?
  • R: Pero, por favor, ¿cómo se te ha podido ocurrir una cosa así?

La situación da que pensar, si consideramos el cúmulo de exigencias que plantea el acceso a la profesión auditora.

¿Quieres ser auditora? Pues, prepárate… y nunca mejor dicho, porque para llegar a formar parte del colectivo y formar parte del Registro Oficial de Auditores de Cuentas (ROAC) y del Instituto de Censores Jurados de Cuentas de España (ICJCE), tendrás que empezar por, tener un grado universitario, un master y/o después realizar cursos teóricos específicos reglados, trabajar varios años en una firma de auditoria y ya podrás acceder… al examen de aptitud profesional organizado y reconocido por el Estado.

Todo muy “sencillo”, basta con leer el redactado oficial de las condiciones para el acceso

Más información: https://www.icjce.es/acceso-roac

Como auditores nunca estamos disconformes con las exigencias formativas. Nunca sobran si su finalidad es conseguir que  sigamos siendo  profesionales muy, muy  pero que muy bien preparados.

  • P: ¿El sector de la auditoría es un mundo de hombres con corbata?
  • R: Estamos inmersos en un proceso de cambio constante y las corbatas vienen y van, pero el “techo de cristal” sigue estando ahí.

Los niveles de formación universitaria entre mujeres están en records históricos. Cada año salen de las universidades más graduadas  y las estructuras profesionales son cada vez más paritarias.

Sin embargo los niveles de acceso de mujeres a la alta dirección  es la gran asignatura pendiente y el sector de la auditoría no es una excepción.

Como auditora en potencia debes tener en cuenta que el “techo de cristal” sigue existiendo y que no hemos de tirar piedras a nuestro tejado excepto para tratar de romperlo. Cree en ti misma, trabaja duro y demuestra.

La demostración es lo único que nos llevará a generar confianza y a que el mercado y la sociedad vean, de una vez por todas, que la paridad no debe ser una postura estética, sino una estrategia necesaria, justa e inteligente en el largo plazo.

  • P: Pero se trata de una profesión socialmente reconocida, ¿verdad?
  • R: Ya nos gustaría… A todos.

Echamos en falta el reconocimiento social a la utilidad y necesidad de la auditoría de cuentas por parte de una sociedad tan falta de rigor y transparencia como la actual. Sólo un control eficaz de las cuentas públicas y privadas hará posible una sociedad más justa.

La tan nombrada “accountability” y la rendición de cuentas es lo que nuestra sociedad necesita  y exactamente lo que nosotros proporcionamos.

La auditoría es la herramienta para llevar a cabo este control de forma profesional, sistemática, rigurosa y comprometida.

Pero por desgracia, si todo sigue como hasta ahora, cada día será una profesión menos atractiva, y al mismo tiempo más necesaria para esta sociedad que la maltrata.

  • P: Así que, ¿todavía quieres ser auditora?
  • R: Bueno, lo pensaré…