La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el edadismo como «los estereotipos, los prejuicios y la discriminación contra las personas debido a su edad». Y se trata de una forma de discriminación que es poco percibida por nuestra sociedad ya que está muy interiorizada y normalizada. De hecho esta situación afecta a miles de personas en todo el mundo y en todos los ámbitos de la sociedad.

Esta problemática afecta principalmente a trabajadores mayores de 45 años. Y, en concreto, esta discriminación se recrudece y afecta aún más a las mujeres, dado que, en muchos sectores, han de hacer frente a una doble situación de exclusión con relación al sexo y a la edad. Y es que como decía irónicamente la escritora Susan Sontag: “mientras los hombres maduran, las mujeres envejecen”.

Diversas estadísticas reflejan que 1 de cada 3 parados suelen ser personas mayores de 45 años, poniendo de manifiesto que la edad supone un motivo de prejuicio en los procesos de selección de personal. Por lo tanto, hay una serie de estereotipos asociados con la edad que infravalora la experiencia laboral adquirida a lo largo de los años, y que además fomenta la disminución de igualdad de oportunidades dentro de este sector de la población.

De hecho este tipo de discriminación laboral es uno de los que más preocupa dentro de la UE, ya que, España y muchos otros países europeos se enfrentan a un problema cada vez más evidente que es el envejecimiento de su población. Por tanto, es fundamental construir una sociedad para todas las edades y un buen concepto de respeto en torno al envejecimiento, para entenderlo como una fase más de la vida. Sin duda, este será uno de los retos más importantes de este siglo y al que tendrán que hacer frente las generaciones futuras.

Por eso creo que es un buen momento para reflexionar sobre si desde las empresas se está realizando una buena gestión del talento o si se deben de modificar las estrategias que se siguen para seleccionar los perfiles más adecuados para cada situación y puesto.

Diferentes estudios ponen de manifiesto los beneficios de formar grupos de trabajo intergeneracionales dentro de los departamentos, es decir de potenciar la colaboración en el trabajo de perfiles juniors y seniors. Y es que creo sinceramente que la diversidad es un valor añadido para cualquier empresa ya que cada generación tienen sus fortalezas y áreas de oportunidad que han de ser respetadas y escuchadas.

Considero que hay que promover acciones que erradiquen los estereotipos erróneos asociados a los trabajadores seniors, que la edad no sea un obstáculo, sino un punto más a tener en cuenta y se valore el conocimiento y experiencia que aporta. Si las empresas mantiene una estrategia de selección de personal ecuánime entre los diversos perfiles, lograran una mejor gestión del talento y mayor rentabilidad.

No quiero dejar pasar la oportunidad de invitaros a ver el siguiente video, creado por Gete Comunicación, que define y explica muy bien este fenómeno…y es que la experiencia es algo maravilloso, doy fe de ello!.