En mis post, ponencias e intervenciones, eludo siempre posicionarme política o ideológicamente. Y no es porque no tenga una posición o creencia concreta, quienes me conocen bien, saben perfectamente en qué creo firmemente.

Prefiero focalizarme siempre en temas profesionales y sobre la igualdad de las mujeres, sobre todo en el mundo laboral. Y en este último punto, el de la igualdad, me considero una gran defensora y en cierto modo, activista, gracias a las diferentes asociaciones y grupos con los que trabajo y colaboro.

Precisamente por esto último, no puedo en esta ocasión no opinar, manifestarme, comentar, como prefiráis decirlo, sobre la situación de las mujeres en Afganistán.

Y no quiero ahondar en el conflicto geopolítico o de religión. Solo quiero hablar sobre la tragedia humana de dimensiones dantescas que se está produciendo. En la que como siempre, las mujeres y las niñas, son las más perjudicadas.

La situación es estremecedora para ellas, vuelven al terror sufrido durante la ocupación anterior (1996-2001). Y los pequeños avances producidos durante estos 20 años, algo tan básico como la educación, el derecho a una sanidad o el acceso al trabajo, que ha costado tanto esfuerzo y sacrificio, vuelven a desaparecer. Y todo en cuestión de días, es descorazonador.

Ellas están condenadas a una muerte en vida, si voz, sin rostro…, sin tener control sobre su cuerpo, sobre sus vidas. Las deshumanizan por completo, para que no piensen, no sientan…

No puedo más que manifestar mi repulsa hacia esas personas que se creen con derecho a anular a una parte de la sociedad por el simple hecho de ser mujeres. Suscribo por completo el mensaje publicado por mi amiga Monika Blasco.  Y sí, usemos la palabra que a ellas se les niega, para movilizarnos e intentar cambiar su situación.

Pensemos que no solo esta violencia contra las mujeres se produce en Afganistán. Solo hay que leer un poco para ver que son muchos los países en que las mujeres son ciudadanos de segunda, o simplemente no son consideradas ciudadanas.

Para finalizar, quiero compartir una reflexión de Simone de Beauvoir, que personalmente creo que está más vigente que nunca y debe hacernos reflexionar, sobre todo por el futuro de nuestras hijas.

“No olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida”.