Algún día será pasado. Un vestigio más de nuestra evolución social y entonces,  el Día Internacional de la Mujer dejará atrás su carácter reivindicativo para ser realmente una celebración. Y, con un poco de acierto, ni hará falta que se celebre… tampoco existe el día del hombre, ¿o sí?.

De cualquier forma un año más, este 2019, también tenemos Día Internacional de la Mujer y al que Naciones Unidas ha puesto nuevo eslogan: “Pensemos en igualdad, construyamos con inteligencia, innovemos para el cambio”.

Se buscan nuevas formas innovadoras hacia la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Naciones Unidas, por ejemplo, habla de “sistemas de protección social, el acceso a los servicios públicos y la infraestructura sostenible”, pero a menudo generalizamos cuando hablamos del Día de la Mujer, ya que no es lo mismo ser mujer en el centro de Europa, que en el centro de África, de Asia o de Sudamérica. Todas somos mujeres, pero no con una misma reivindicación y en escenarios y entornos muy diversos.

En plena eclosión innovadora y tecnológica planteamos un 50/50, pero precisamente en los campos de innovación y tecnología se ha producido lo que se conoce como la “brecha digital de género” que nos está alejando aún más de esa proporción cuando las mujeres estamos “insuficientemente representadas en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería, las matemáticas y el diseño”. Todo ello, nos impide influir suficientemente en el desarrollo de innovaciones sensibles al género que permitan lograr beneficios transformadores para la sociedad. Las nuevas tecnologías nos tendrían que acercar al 50/50 y puede que nos estén distanciando.

Nos encontramos que sigue existiendo aún un techo de cristal para acceder a los puestos de responsabilidad y decisión

Esta “brecha” no es solo digital, también la encontramos en el mundo de la auditoria. A pesar de ser un sector que en los últimos años ha experimentado un cambio muy significativo y se ha llegado prácticamente a la equidad, nos encontramos que sigue existiendo aún un techo de cristal para acceder a los puestos de responsabilidad y decisión. Llegar a romper esa tendencia, tan arraigada en nuestra sociedad, es un reto que entre todos debemos superar y conseguir para que las nuevas generaciones tengan más y mejores oportunidades.

Y éste podría ser un buen tema de análisis y debate en una fecha tan significativa como el 8 de marzo. Porque hoy, como cada día, en este mundo tan globalizado y digital nos sobrarán “likes” a nuestros objetivos, pero nos seguirán faltando “Oks”…