RSC, ESTA VEZ CONTRA EL CÁNCER

Desde mediados de los años noventa existe una demanda por parte de la sociedad de un modelo de convivencia que permita la sostenibilidad en la nueva realidad globalizada y cambiante. En este ambiente comienza a crecer la cultura de las Responsabilidades Sociales Corporativas, Empresariales y Organizativas. Desde entonces se vienen creando estructuras destinadas a definir y concretar las características de este modelo de responsabilidad, con un grado de integración y obligación tan distinto como las propias iniciativas originadas en este tiempo.

Si ya resulta confuso el panorama de las RSC en España, parece que para los auditores la cuestión resulta algo más enrevesada. Al fin y al cabo nuestro desempeño profesional nos acerca más al rol de difusores de las RSC que de demandantes de las mismas.

Nuestro sector se caracteriza necesariamente por una rigurosa adscripción a una metodología transparente y unas normas de calidad extremadamente escrupulosas, sin las cuales no sería posible nuestra actividad. Actividad que transmite a nuestros clientes un sello de prestigio y abona la confianza de sus distintos públicos, garantizando, en la parte que nos corresponde, la actitud de responsabilidad que, como decíamos, nos demanda la sociedad.

Por otra parte, nuestra presencia en el entorno europeo nos hace partícipes inexcusables del cumplimiento de la legislación nacional e internacional en el ámbito social, laboral, medioambiental y de Derechos Humanos, otro de los requisitos indispensables para el desarrollo de unas correctas RSC.

Parece evidente que en los próximos años la cuestión seguirá evolucionando, y nuestro sector seguirá, sin duda, adaptándose a las necesidades marcadas por la sociedad. Sin embargo existen temas que insisten en afectarnos sin la más mínima atención a nuestros planes de empresa, estrategias de negocio o filosofías empresariales, es ese punto en que la responsabilidad social corporativa se cruza con la responsabilidad moral humana, obligándonos a responder sin contemplaciones.

Existen objetivos finalistas de la RSC fijados en el mejoramiento social, económico y con mucha insistencia en la responsabilidad medio ambiental. Pero creemos que existen otros grandes problemas sociales y humanos un tanto eclipsados porque nunca es fácil o agradable hablar de ellos.

Hoy me voy a referir al cáncer, que es uno de los problemas socio sanitario más importante de España con 227.000 nuevos casos diagnosticados cada año y más de 1.500.000 pacientes. Las cifras son alarmantes, pero las percepciones personales son aún peores, no conozco a nadie a quién este mal no afecte de manera directa o muy directa, con independencia de su situación geográfica, estatus social o estilo de vida.

Nuestra involucración en la lucha contra el cáncer está lejos de ser nueva, basta con echar un vistazo a Memorias y newsletters para tener una idea de la participación habitual de nuestra corporación, formalizada a través de la colaboración de miembros de nuestras oficinas con organismos  y asociaciones. Un ejemplo de ello, es el caso de nuestro socio, Francisco Aguilar, que dirige la delegación provincial de la Asociación Española Contra el Cáncer de Málaga, organismo que aborda el problema desde un enfoque integral, dedicando recursos tanto a la imprescindible investigación, como al apoyo y acompañamiento de pacientes y familiares; así como a la información y concienciación de la sociedad.

La AECC puede ser una opción para focalizar nuestros esfuerzos contra el cáncer por su perspectiva y reconocimiento, pero sin duda no es la única ,cualquier esfuerzo merece la pena en esta lucha que es de todos, cada intento por concienciar sobre este problema es valioso e importante, incluso un humilde post en un blog de una firma de auditoría.