La periodista Selena Soro nos normalizaba recientemente en el diario “Ara” el concepto en auge de la sororidad y lo ejemplarizaba en la relación de la, cada día más popular, economista Anna Gener, que también fue auditora, y la empresaria Helena Torras.

Y lo traigo a colación, porque me gusta este nuevo neologismo y hace ya mucho tiempo que me alineé con él, con la relación de hermandad y solidaridad entre las mujeres para crear redes de apoyo que empujen cambios sociales, para lograr la igualdad”.

Es el sisterhood inglés, que lo define mejor:  strong feeling of friendship and support among women who are involved in action to improve women’s rights

Y me gusta el concepto porque personalmente lo comparto con mi amiga y socia en Kreston Iberaudit, Elena Ramírez; juntas hemos desarrollado la sororidad. Por voluntad propia y también empujadas por la realidad de desarrollar nuestra profesión en un sector tan predominantemente  masculino como el de la auditoría y los servicios profesionales. Las profesionales de la auditoría no alcanzamos siquiera el veinticinco por ciento del censo y si hablamos de puestos directivos nos quedamos en un dígito…

Es evidente que la fraternidad universal (“…la paz en el mundo”) no aportaba excesivo empuje a las necesidades de la mujer en el mundo del trabajo. La sororidad, sí. Y hay que normalizar el concepto y su uso, porque ya ha triunfado.

Elena y yo lo llevamos practicando incluso desde antes de que tuviera nombre. Y hemos sabido ampliarlo a la participación con el resto de mujeres de la empresa, del sector y de las relaciones  profesionales, como herramienta del empoderamiento. Y esta actitud trasciende los ámbitos geográficos, porque hablaba de mi relación con Elena, pero la puedo igualmente ejemplarizar con Esther de Valencia y muchas más compañeras de Kreston en España, Portugal y Andorra como de otras sedes en todo el mundo.

La aplicación del concepto nos ha ayudado mucho en nuestra presencia en reuniones, congresos, negociaciones, tanto en nuestro país como en los viajes y relaciones internacionales… es saber que cuentas con algo más que una amiga, una compañera, cuentas con una cómplice con la que te sientes respaldada y hermanada frente a una forma diferente de relacionarte establecida, llamémosle patriarcado o de cualquier otra forma.

Por mi parte, también responde a la creencia que siempre he defendido y que no es ajena a la sororidad: “… si caminas sola, llegarás más rápido; si caminas acompañada, llegarás más lejosy creo que así es. Sobre todo, si vas sorialmente acompañada.