Y un año más celebramos el día internacional de la mujer. Una fecha que nos recuerda por qué seguimos teniendo la necesidad de celebrarlo; por qué tenemos que seguir reivindicando nuestro sitio en la sociedad y en el mundo. Es un día en el que damos visibilidad a todas las desigualdades y discriminaciones que seguimos viviendo en prácticamente todos los países. Sin olvidar que hablo, escribo y reflexiono sobre esto desde una situación privilegiada, pero que, aun y así, he tenido que luchar mucho para reivindicar mi lugar en el mundo profesional.

Por qué sigue siendo necesario el 8M

Y es que sigue siendo necesario este día para denunciar y protestar y reivindicar situaciones tan bochornosas como la que ha vivido recientemente la presidenta de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, en la cumbre Euro-Africana, y anteriormente en Turquía con el presidente Erdoğan. Se han atrevido a insultar y menospreciar a la máxima representación de la Unión Europea, la persona elegida democráticamente para representar a todos los países miembros y por tanto a todos los ciudadanos europeos. Toda su carrera profesional, su formación, sus competencias son anuladas por el hecho biológico de ser mujer.

Sigue siendo necesario para dar más voz y sentido a las palabras que la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital de España, Nadia Calviño, expresó en un debate en el que participaba. Manifestó un gran malestar por ser la única mujer en el evento y que no se iba a prestar más a una situación semejante. De hecho, declaró su preocupación por la deriva hacia una involución en temas de igualdad, y que nuestra sociedad no se puede permitir que el 50% de su población no tenga representación.

Y sobre todo, sigue siendo necesario alzar nuestras voces contra la violencia de género en todas sus expresiones. El pasado mes de febrero la revista The Lancet publicó una investigación basada en datos proporcionados por la OMS sobre el 90% de la población femenina de todo el mundo. Los datos del estudio son muy alarmantes y preocupantes e insta a todos los países a trabajar para paliar esta lacra y poder cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 5) marcados en la Agenda 2030.

No las olvidemos

Son problemas, desigualdades e injusticias que sufre la mitad de la población mundial. Debemos seguir alzando la voz por todas aquellas mujeres a las que las han anulado de todas las esferas de la sociedad. Quiero con este post recordar que no podemos olvidarnos de las mujeres en Afganistán, de los feminicidios en México, de las mujeres que sufren la ablación genital; de las niñas que son obligadas a casarse, por la desigualdad salarial… Por todo esto merece la pena seguir alzando la voz.

Y también recordar a todas las mujeres conocidas y anónimas que han luchado y luchan por la igualdad; en definitiva por una sociedad mejor.